Catequesis 4 Vosotros sois mis discípulos

Primer Curso: La Vida en la Iglesia

5º de Primaria, 10 años
Eucaristía para las familias, domingos a las 11.30
Todos los domingos de 12.15 a 13.15

  •  Crear actitudes positivas en relación a sí mismos y en relación a la vida. El Evangelio, la edad de los niños y la mejor pedagogía exigen ver el lado positivo de personas, situaciones y cosas y de lo negativo saber sacar lo positivo
  • Conocerse mejor a sí mismos y a los otros: cualidades, defectos, experiencias que les marcan, miedos, esperanzas, éxitos, fracasos, crisis, imagen social, limitaciones, posibilidades y recursos… Cuanto mayor sea el conocimiento de sí mismo, más mejora la autoestima, la seguridad para andar por la vida, las posibilidades de realización, el conocimiento de los otros, las relaciones espontáneas y positivas, más comprensión de Dios y de la Iglesia.
  • Descubrir el sentido de Pueblo (paso de la individualidad a la socialización). La buena relación consigo mismos, con los otros, con Dios, debe llevar integrado el sentido del pueblo, de sociedad, de Iglesia. Esto requiere amplitud de mente, grandeza de corazón, madurez en la fe. Tristemente, no una dimensión muy cultivada. La infancia es un momento privilegiado.
  • Descubrir que Jesús nos llama a vivir en comunidad y a celebrar la fe con los demás creyentes. Nada nos es dado en exclusiva. Y esto no es una limitación sino una grandeza. Porque lo bueno que Dios nos da: fe, esperanza, amor, son fuente de fecundidad y felicidad y tiene la particularidad de que cuanto más se comparte más aumenta. Es una excelente inversión, no una merma.
  • Comprometerse en la transformación de la realidad más próxima desde la experiencia de Dios de Jesús y construir una sociedad fraterna. Coincidimos prácticamente todos en construir esta sociedad más fraterna: Dios, cada uno lo más íntimo de ellos mismos y nuestros mejores ideales. La fe purifica y potencia nuestras motivaciones, nos aporta mayor energía, nos ofrece abundantes apoyos comunitarios y enormes recursos humanos y materiales. Es una gran responsabilidad y una excelente oportunidad
  • Asociarse para madurar en todas las dimensiones de la personalidad y de la fe. La naturaleza de la persona, de la eficacia en lo que se emprende y de la fe exigen asociarse. No se madura sin los otros. No se crea sin otros, no se re-crea sin los otros.
  • Descubrir la vida en comunidad. Es esencial que el chaval entienda la necesidad de los demás que todos tenemos. En esta edad empiezan a creer que no necesitan a nadie, comienzan a ser más independientes. Es importantísimo que creen vínculos con grupos desde el principio, de esta forma, poco a poco hay que hacerles ver que el cristiano está llamado a vivir en comunidad.

Segundo Curso: La Vida en Cristo

6º de Primaria, 11 años
Eucaristía para las familias, domingos a las 11.30
Todos los domingos de 12.15 a 13.15

  • Impulsar el crecimiento de la vida, desarrollando actitudes de vida y no de muerte. Si la vida es un regalo, no lo es menos la capacidad para crear nueva vida, de defenderla y potenciarla. Somos co-creadores.
  • Valorarse a sí mismo y valorar a los demás. Todos tenemos a alguien que nos valora, para ellos somos muy importantes. Valorarse y valorar destruye los aspectos más negativos que tenemos, nos relaciona mejor con todos y con todo, nos da un grado de satisfacción mayor.
  • Entrenar en la relación positiva con las personas, para crear convivencia fraterna. Con un buen carácter, con buena voluntad y con gran dosis de fe, no solo testimoniamos el Evangelio sino que construimos donde estamos un ambiente más familiar, más positivo y más feliz.
  • Vivir y expresar la solidaridad con los marginados en la línea del Dios liberador del Éxodo, siempre según su nivel de maduración cristiana y humana. Llegar a esta meta es acercarse a Dios al máximo pues Él se hace solidario hasta la muerte, particularmente por los más débiles y pecadores.
  • Iniciarse en la lectura de la Palabra de Dios. Con ella, nos conocemos mejor. Encontramos un modelo de vida, Cristo. Y con Él, encontramos el camino, la verdad y la vida. A la luz de la Palabra, maduramos, nos realizamos como creyentes, recibimos la luz y la fuerza que necesitamos y a través de nosotros llega a los otros que también la necesitan.
  • Aprender a dar razón de nuestra fe.

Catequesis 5 Esta es nuestra feTercer Curso: La Vida en el Espíritu

1º de E.S.O., 12 años
Eucaristía para las familias, domingos a las 11.30
Todos los domingos de 12.15 a 13.15

  • Descubrir la vida como regalo de Dios. Todo tiene un sentido. Un sentido para la persona. Es bueno descubrirlo, recibirlo, agradecerlo y disfrutarlo. La vida, toma forma de vida, viene de Dios y es regalo. La muerte, toda forma de muerte, no viene de Dios y va contra la persona.
  • Aprender a relacionarnos con la naturaleza, con los otros, con Dios. La comunicación, la relación y el encuentro son la realidad humana que crea más felicidad, más fecundidad o más desgracia. Cuanto antes se aprenda mejor.
  • En años anteriores han debido ver que Dios les ama y por eso nos da una serie de “normas para que alcancemos la felicidad y sigamos el camino que nos conduce a Él”. Es importante que los niños conozcan los Mandamientos, pero no solo que sepan enumerarlos, sino que se den cuenta de que hay que vivirlos cada uno individualmente. Se trata de que aprendan a llevar a la práctica algo que hasta ahora han visto como teoría. También es importante que conozcan las Bienaventuranzas, que son los criterios fundamentales para alcanzar la felicidad.
  • Capacitar para vivir abierto y coordinado con todo aquel que aporte algo a la sociedad. Cuando queman los problemas, cuando quema el fuego por arreglarlos, se buscan aliados y soluciones de forma coordinada, con quien sea, cuando sea y como sea. Negarse a ello o no entrenarse para ello es quedar en los buenos deseos o en las acciones individuales y aisladas.
  • Por último, es básico que el chaval sepa razonar y explicar qué es en lo que cree. Solo conociendo el credo a fondo se puede realizar de forma madura una síntesis de la fe.

Finalidad

Al terminar los tres años  el niño debería:

  • Poseer una síntesis –aún elemental, sin duda- de la historia de la salvación, centrada en Jesucristo, tal como la ha venido conociendo a lo largo de estos años.
  • Ser capaz de orar personal y comunitariamente y de tomar parte activa en la celebración de los sacramentos (Eucaristía y Reconciliación)
  • Que pueda empezar a actuar ya desde una conciencia moral autónoma, que se ha ido formando sobre la base del Mandamiento Nuevo y las Bienaventuranzas.
  • Asumir opciones concretas del grupo y de la comunidad y sencillos compromisos en su propio ambiente del barrio, familia, amigos, colegio, etc.
  • Haber completado su iniciación cristiana recibiendo el sacramento de la Confirmación.

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