5ª- Parada Wroclaw-Breslavia
(Días en las Diócesis de Polonia)
Nuestros chicos se encuentran en Breslavia, situada en un antiguo centro de comercio y cruce del río Oder, junto al cual el rey Vratislav de Bohemia erigió un castillo en el siglo X y dio el primer nombre al asentamiento: “Vratislavia” o “Wratislaw”. En la última década de aquel siglo, el príncipe de Polonia Miecislao I conquistó la región. En 1138 Breslavia se convirtió en la capital del ducado independiente de Silesia bajo la dinastía de los Piast. Durante la invasión de los mongoles en 1241, el asentamiento fue saqueado e incendiado y la mayor parte de su población huyó o se refugió en el castillo, que los mongoles no pudieron tomar por falta de tiempo. A partir de entonces el pueblo fue citado en varios documentos bajo los nombres de Bresslau, Presslau, Breslau y Wratislaw.
25 Julio
Soy Inma, soy hermana de Juanan y de Miguel, vengo de Zaragoza, soy la sexta de nueve hermanos. El jueves, tras un viaje interminable en autobús en el que vimos dos películas de El Hobbit, llegamos a Breslavia donde nos acogieron las familias.
A Oristila y a mí nos tocó juntas. Nuestra familia estaba compuesta por una mujer, Izabella, y su madre, Halina, las cuales han estado muy atentas durante toda nuestra estancia y nos han preparado comida típica polaca como pierogi ruskie. Nos enseñaron a decir chest (hola) y “yenki” (gracias), cada vez que lo decíamos se reían de cómo lo decíamos.
Nos habían hecho un cartel de bienvenida y lo habían colocado en la puerta. La casa era pequeña. A la izquierda estaban las dos habitaciones, en la que estábamos Oristila y yo y en la que estaban Izabella y Halina. En nuestro cuarto no cabían las dos maletas abierta así que dejamos la de Oristila abierta en el suelo y la mía la abrirá cuando necesitaba algo. A la derecha de la casa estaba el baño y el salón en el que dentro estaba la minúscula cocina en la que cabían únicamente dos personas. Aun así, hemos estado muy a gusto porque nos han hecho sentir como en nuestra propia casa.
El viernes tuvimos la Eucaristía por la mañana en la parroquia y una catequesis con testimonios por parte de alguno de nosotros, me sorprendieron y gustaron mucho. Después nos dieron un segundo desayuno. Después, fuimos a un convento acompañadas por unas voluntarias polacas que han estado con nosotros en nuestra estancia en Breslavia, al igual que las familias, han estado muy atentas y nos han ayudado en todo. En el convento ayudamos en diversas tareas como limpiar carritos de bebé, planchar ropa, arreglar juguetes, etc. Luego estuvimos con los enfermos que las monjas cuidan animando el ambiente, cantando canciones… Allí había un sacerdote enfermo que había sido ordenado por San Juan Pablo II con el que hablamos y nos dió las gracias.
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